Programa Nº 87-LA IDENTIDAD RONDEÑA (VI)

En el anterior episodio comentábamos la conjunción de elementos que hicieron posible la eclosión del flamenco en nuestro territorio: un rico folklore en la Serranía rondeña producto de su aislamiento secular, enclave vital de pasos y comunicaciones, encrucijada desde el Estrecho para penetrar hacia el interior de la península a Granada, Sevilla, Córdoba e incluso Málaga, para evitar la costa. Su difícil orografía que sirvió de escondite ideal a moriscos, monfíes, gitanos,   guerrilleros, bandoleros y contrabandistas, que por diferentes motivos huían o se protegían de su persecución, de su marginalidad, lo que provocaría entre ellos una convivencia íntima y persistente en el tiempo, que, sin duda, se insertará de manera muy especial en la raíz musical de lo que sería después el flamenco. Y la Real Feria de Mayo de Ronda que juega un papel trascendental, como gran impulsora del flamenco primitivo, al ser el centro comercial donde todos arribaban durante siglos, y lógicamente tomaban sus tendencias en la moda, en la fiesta y, por supuesto, en la música y el baile. Todo ello conjuntamente con el casticismo del XVIII y XIX que hicieron aflorar la cultura más popular, más plebeya, hizo que esa nueva forma musical se expandiera posteriormente por toda Andalucía, haciéndola suya.

Nos quedamos en que de nuevo son los viajeros románticos los que nos regalan los más valiosos testimonios sobre nuestro folklore y lo que sería el incipiente flamenco. Textos, la mayoría de ellos, hasta hoy desconocidos, porque es ahora cuando los hemos traducidos al español. Traemos a nuestro programa las citas loterías que sobre nuestra música y baile hacen algunos viajeros: ALBERT-JEAN MICHEL DE ROCCA (1810), ALEXANDER SLIDELL MACKENZIE (1836), DANIEL WENTWORTH MAGINN (1830), ANÓNIMO NORTEAMERICANO (1831)., MARQUÉS DE CUSTINE (1831), ANÓNIMO (1831).

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *