Nº 161 MEMORIAS DE RONDA – RONDA EN TIEMPOS DE COLÓN- “Los RR.CC aprueban el proyecto colombino. Las capitulaciones de Santa Fe” 

En el anterior episodio nos quedamos en que, tras la toma de Granada, la reina Isabel reúne de nuevo a su Consejo Real para que dictamine, por última vez, la viabilidad del proyecto colombino. Habida cuenta el dictamen adverso de la mayoría de sus consejeros, frente a ello no resultaba prudente seguir manteniendo una situación que a nadie beneficiaba, y menos que a otros a Colón, impaciente por encontrar otras ayudas para su empresa. Ella había hecho en favor del pobre marino todo lo que buenamente pudo, manteniéndolo en su corte a despecho de un ambiente hostil, nada propicio. Pero ya no podía seguir sosteniéndolo. 

Todo parecía definitivamente perdido. Sin embargo, en aquellos momentos críticos, en el último instante, la providencial intervención de algunos amigos del aventurero cerca de los soberanos iba a cambiar la cara de los acontecimientos.

La providencial gestión del aragonés Luis de Santángel con la reina católica en pro del desventurado marino, cuando éste había salido ya de la corte y se encontraba camino de Córdoba, fue decisiva en el radical cambio de la situación. A ello hay que sumar la iniciativa personal del rey Fernando, a quien en última instancia, decide encomendar el asunto, no a una comisión especial, sino a dos personas exclusivamente: fray Hernando de Talavera y fray Diego de Deza.

Colofón de estas conversaciones con la reina y el rey fue la vuelta del navegante al campamento de Santa Fe. Colón se hallaba ya a dos leguas de Granada y hasta allí fue enviado el aguacil de la corte para hacerlo tornar, desde Pinos Puente.

Una vez de nuevo en la corte se ordena al secretario del rey, Juan de Coloma, redacte las capitulaciones con Cristóbal Colón, en las que se recogerían las condiciones de unos y otros para llevar a cabo el proyecto colombino. La cual sería inscrita en el registro oficial de la cancillería de Aragón.

Nº 160 MEMORIAS DE RONDA – RONDA EN TIEMPOS DE COLÓN-“Boabdil entrega Granada. Nueva oportunidad de Colón ante la Reina” 

En el anterior episodio nos quedamos en que, totalmente decepcionado por las continuas dilaciones que se le estaba dando a su proyecto por los RR.CC. debido principalmente al alargamiento de la guerra granadina, Cristóbal Colón llega por segunda vez al convento de Palos, cuyo guardián era su viejo amigo, el fraile astrólogo, fray Antonio de Marchena. 

Por estos días vive en Palos un valeroso y acaudalado marino que pocos meses después va a tener una intervención decisiva en la empresa descubridora del genovés. Se llama Martín Alonso Pinzón 

La respuesta de doña Isabel a su antiguo confesor no se hizo esperar. La soberana escuchó la súplica de su confesor y se apresuró en hacerle venir a la Corte.

Finalmente, removidos los últimos obstáculos que se oponían a la rendición de la plaza, el 30 de diciembre de 1491, fueron ratificadas las capitulaciones de entrega de Granada, la cual se efectuó, como de todos es sabido, el 2 de enero siguiente, es decir, veintisiete días antes del límite máximo previsto en el convenio.

En este postrer trimestre de 1491 es cuando debieron ocurrir los últimos acontecimientos colombinos de aceptación del proyecto:  Nuestro marino debió de llegar a Santa Fe en el mes de diciembre, algunos días antes de la entrega de la ciudad a los reyes de Castilla, acontecimiento que tuvo la dicha de contemplar. Momento glorioso éste, bien grabado en su memorial y que describe en su “Diario de a bordo”.

Como en la ocasión anterior (1486-87), también fue convocada la Asamblea del Consejo Real, y de nuevo fueron consultados los peritos en astronomía, astrología y cosmografía, y los expertos en navegaciones: filósofos y astrólogos y cosmógrafos… marineros y pilotos…

En las reuniones de Salamanca y Córdoba de tiempo atrás hubo unanimidad en el rechazo de los proyectos del aventurero. ‘Némine discrepante’, todos los convocados por el prior del Prado consideraron imposible la empresa sometida a su consideración. En cambio, en la ocasión presente, «las opiniones [de los asambleístas] estaban divididas.

Nº 159 MEMORIAS DE RONDA – RONDA EN TIEMPOS DE COLÓN-“El sitio de Granada se alarga. Colón conoce a Martín Alonso Pinzón” 

La irreductible actitud de los granadinos, dispuestos a todos los sacrificios para defender la ciudad, hacía pensar en una larga y cruenta campaña, que exigiría enormes contribuciones de hombres, pertrechos y vituallas, casi imposibles de soportar ya por los fatigados castellanos después de ocho años de lucha continua. Sin embargo, pese a todo, el esfuerzo final y supremo había que hacerlo. Así lo creen nuestros soberanos, y, firmes en su propósito, se disponen, con la celeridad que caracterizaba todas sus actuaciones, a dar las órdenes oportunas para organizar con sumo cuidado la gran campaña del año venidero. Dispuestos a terminar definitivamente la guerra, ordenan la movilización general de sus súbditos.

A finales del abril de 1491 comienza el asedio del último baluarte musulmán en España. Un poderoso ejército cristiano acampa y se atrinchera delante de la ciudad. Todo dispuesto conforme a las reglas de la disciplina militar ante una ciudad rodeada de murallas, torreones de piedra de extraordinaria solidez y de la cual los mercaderes genoveses –huéspedes del mundo entero que en ella habitan– aseguran unánimemente que es la más grande ciudad fortificada que existe bajo el sol.

Pero a los dos meses de asedio, tal esperanza de nuevo no se iba a ver confirmada por lo acontecimientos posteriores. El 14 de julio se incendia el campamento cristiano, que queda casi totalmente destruido. Los reyes mandan levantar en su lugar una pequeña ciudad, bautizada como Santa Fe.

Colón, mientras tanto, pierde totalmente las esperanzas, decide abandonar la corte y trasladarse a Francia, donde reina Carlos VIII; pero, al intentar poner en práctica su propósito, encaminándose a La Rábida, se encontrará de nuevo en este convento con los dos frailes franciscanos, fray Antonio de Marchena y fray Juan Pérez, que le obligarán a detenerse y gestionarán con la reina para hacerle regresar a su corte. 

Por estos días vive en Palos un valeroso y acaudalado marino que pocos meses después va a tener una intervención decisiva en la empresa descubridora del navegante, se llama Martín Alonso Pinzón. 

Nº 158 MEMORIAS DE RONDA – RONDA EN TIEMPOS DE COLÓN-“La reina Isabel vuelve a llamar a Colón y Boabdil incumple sus pactos” 

En el anterior episodio nos quedamos en que Colón le había ofrecido al duque de Medinaceli su proyecto, y este estaba dispuesto a financiarlo, pero, antes, el duque quería comprobar por sí mismo si la soberana mantenía algún tipo de interés sobre el propósito colombino. Antes de partir en la primavera 1989 de nuevo a Córdoba, para proseguir la guerra granadina, los RR.CC. se encontraban en Valladolid y allí recibieron la misiva del duque. Alonso Quintanilla, contador mayor de Cuentas, siendo consciente de tal hecho, se pone en contacto con el cardenal Mendoza para de nuevo procurar conseguir que la reina vuelva a llamar a Colón.

Y así le respondió la reina al duque, convencida de nuevo por los razonamientos de los defensores de Colón, de que ella sería la que dirigiera tal demanda del navegante. Seguidamente mandó otra carta a Colón para que, sin dilación, partiese para su corte, una vez se encuentre ella en Córdoba. En esta nueva audiencia, la reina le da esperanza cierta que, una vez acabada la guerra, resolvería su negocio.

El 4 de diciembre de 1489 es conquistada Baza. El 10 se firman las capitulaciones con el Zagal, en virtud de las cuales el rey de Guadix se comprometía a prestar obediencia a los soberanos españoles y entregarles la ciudad de Almería.

Ya tan solo quedaba Granada, con Boabdil al frente, ya que éste, vasallo de los reyes españoles, estaba obligado, por el pacto de Vélez Málaga de 1487, a entregar la capital del reino musulmán en el momento que pudiera. El momento había llegado, toda vez que su odiado rival, el rey de Guadix, había desaparecido para siempre de la escena política.

Sin embargo, una vez más le fallaron a Colón los cálculos. El insospechado giro de los acontecimientos granadinos muy pronto dará de nuevo al traste con las más anheladas esperanzas del navegante, el cual tendrá que esperar dos años más; ya que Boabdil se retracta de sus pactos de entregar a los RR.CC. la ciudad de Granada. La guerra continúa…

Nº 157 MEMORIAS DE RONDA – RONDA EN TIEMPOS DE COLÓN-“Los duques de Medina Sidonia y de Medinaceli dispuestos  a sufragar el viaje colombino” 

Fracasadas pues sus sucesivas gestiones en Castilla y Portugal, Colón regresa a Castilla donde tiene a su hijo Diego y a Beatriz Enríquez de Arana, que acaba de dar a luz a su hijo Hernando (15 de agosto de 1488), dispuesto a marchar a Francia. Es fácil es suponer el estado de ánimo del navegante, completamente abatido ante la inutilidad de sus anteriores esfuerzos y la perspectiva de tener que volver a comenzar otra penosa negociación en el país vecino, con el riesgo de que mientras tanto los portugueses lograran alcanzar la India, meta de sus afanes.

Dada la estrecha vinculación de la casa ducal de Medina Sidonia con el convento de Santa María de la Rábida, Marchena, ex guardián del monasterio de Palos, el fraile protector de Colón es el que lo pone en contacto con el duque. Pero finalmente el intento fracasa.

Colón informó posteriormente al duque de Medinaceli de su empresa. Incluso, compadecido el duque de la pobreza de su huésped, ordena se dé a Colón todo lo necesario para su subsistencia. Colón pide al duque «tres o cuatro carabelas» bien «proveídas de comida para un año y para más, y de rescates»…

Nº 156 MEMORIAS DE RONDA – RONDA EN TIEMPOS DE COLÓN-“El dictamen final de los sabios de la Corte” 

A pesar de la seguridad que sentía Colón en su proyecto de navegación hacia el Oeste en el que alcanzaría las costas orientales de la India y su tenacidad en defender sus argumentos, como venimos contando en los episodios anteriores, finalmente el dictamen de la comisión o de la Junta examinadora del proyecto colombino fue adverso. 

La empresa ofrecida por Colón a los soberanos españoles era absolutamente impracticable. Los argumentos y razones esgrimidos por Cristóbal Colón ante los técnicos castellanos no convencieron, ni poco ni mucho, a éstos. Era de todo punto imposible llegar a la India, al Cathay y al Cipango por el camino que Cristóbal Colón proponía. Y en este sentido acordaron informar a los soberanos.

Málaga se entregó a los Reyes Católicos el 18 de agosto de 1487. Inmediatamente después de la rendición de Málaga, Colón viaja hasta allí, llamado por los RR.CC., después de la entrega de la ciudad, para darle la respuesta de su resolución contraria a su proyecto. Aunque esta fue un tanto ambigua. Según cuenta su hijo Hernando sus Altezas respondieron al Almirante que estaban ocupados en muchas otras guerras y conquistas, y especialmente en la de Granada, que hacían entonces, de modo que no tenían comodidad de atender a una nueva empresa; pero con tiempo se encontraría mejor oportunidad para examinar y entender lo que el Almirante ofrecía.

La respuesta regia a Colón es tan hábil como vaga. No le despiden definitivamente, como era lógico después del dictamen absolutamente adverso de sus técnicos, pero le dan a entender que por el momento no les interesa el asunto. 

Nº 155 MEMORIAS DE RONDA – RONDA EN TIEMPOS DE COLÓN.“El Secreto de Colón” 

En el episodio anterior explicamos en qué consistía el proyecto de navegación colombino, hacia el oriente de las Islas de Cipango y el Cathay, la India del Gran Khan. 

Fue en su segundo viaje, tras una corta y feliz travesía de veinticinco días cuando finalmente encuentra esas islas señaladas en su carta de navegación, que estaban exactamente a 750 leguas de la isla de Hierro, en las Canarias. Fue el 3 de noviembre de 1993, de madrugada, cuando Colón avistó por fin una isla a la que bautizó con el nombre de La Deseada, estas y otras aledañas eran las que estaban reflejadas en su carta marítima a la distancia indicada (Todos Sanctos, Marigalante, Guadalupe, Guadalupe o la Dominica).

Con este hallazgo, totalmente previsto en su mapamundi, el Almirante triunfaba en toda línea. Había encontrado las islas que con tanto afán buscaba, situadas a la distancia exacta anunciada por él a sus compañeros del primer viaje antes de abandonar la isla del Hierro. Sus iniciales cálculos no estaban equivocados. Había cumplido la promesa hecha a los reyes, a los de la junta y a los tripulantes, de encontrar islas, y entre ellas la que evidentemente creía el Cipango, a 750 leguas de las Afortunadas. 

Entonces la gran pregunta que nos hacemos, ¿Colón estaba en un error en cuanto al encuentro con esas primeras islas? Pues diremos: Sí y no ¿Y como señaló con total clarividencia que, exactamente, a 750 leguas de las Canarias, 4500 Km, se encontraban unas islas precursoras del Cipango (Japón)? Intentaremos dar respuesta a todo ello.

Nº 154 MEMORIAS DE RONDA – RONDA EN TIEMPOS DE COLÓN-“El Proyecto Colombino” 

Nos quedamos en el episodio anterior que una vez los reyes se entrevistaron con Colón, se decidió por parte de los monarcas la constitución de una Junta de consejeros y expertos en astronomía y ciencias marítimas que estudiasen y emitieran un veredicto sobre la viabilidad del proyecto colombino de llegar a la India por el occidente.

A finales de aquel año de 1486, noviembre y diciembre y enero de 1487, parece ser que es cuando tienen lugar en Salamanca el primer periodo de sesiones de la Junta examinadora, al frente de Fray Hernando de Talavera. Poco después los reyes y el Consejo Real se trasladan de nuevo a Córdoba, para proseguir con la guerra granadina, cuyos objetivos principales de esta campaña serán Vélez-Málaga y Málaga.

Había llegado por fin el momento, tan deseado por el marino, de comparecer ante la comisión de expertos designada por los soberanos. Van a comenzar las deliberaciones. Y en ellas Colón tendrá ocasión de desarrollar su pensamiento, en la parte que, naturalmente, tiene interés en descubrir, pues cauto y receloso, silenciará a propósito extremos importantes del mismo para llevar al ánimo de sus interlocutores su fe y confianza inquebrantables en el éxito total de su empresa.

La exposición de este proyecto colombino, habría que tratarlo de en tres apartados diferentes:

En primer lugar, la teoría cosmográfica del Descubridor, y en íntima relación con ella, sus fuentes; es decir, los libros de los cuales extrajo sus indispensables conocimientos cosmográficos para formular con base científica su proyecto de navegación transatlántica. 

En segundo lugar, el mapamundi elaborado por Colón. El planteamiento teórico de primer aspecto lo desarrolla después Colón en su carta de navegación y elabora ese mapamundi.

Y en tercer lugar, el impacto que sus teorías cosmográficas y propuestas concretas produjeron en el ánimo de los miembros de la Junta convocados, y la reacción de estos ante un provecto que revolucionaba el plan de exploraciones seguido desde tantos años en Portugal, para enderezarlo por los caminos occidentales.

Nº 153 MEMORIAS DE RONDA – RONDA EN TIEMPOS DE COLÓN-“Colón en su primera Audiencia Real” 

Cualquiera de los personajes de los que hablamos en el episodio anterior, miembros del Consejo Real (Deza, Talavera, Cabrero, etc.) tenía por sí solo influencia suficiente para gestionar para la ocasión una audiencia especial de los monarcas con Colón.

El que entonces debió tomar la iniciativa, al solo objeto de conseguir esta entrevista, fue fray Hernando de Talavera, que por su cargo de confesor de la soberana, y habida cuenta el gran ascendiente que tenía con ésta, era uno de los más indicados. Pero no quiere decir con esto que Talavera estuviese ilusionado con lo que le planteaba Colón, como sí podrían estarlo otros, su intervención quedaría reducida al cumplimiento de un estricto deber de informar a los reyes de la novedad surgida, para cumplir los deseos a él expuestos por fray Antonio de Marchena de que Colón fuese recibido por los monarcas.

Colón expone a los soberanos el objeto de su visita. Desea que estos le faciliten los medios necesarios para organizar una flota, con la que se compromete a descubrir, al otro lado del Mar Tenebroso, a una distancia aproximada de 750 leguas de las islas Canarias, la famosa isla de Cipango, descrita por Marco Polo, y detrás de ella las extensas y ricas regiones de la India. 

Pero en el ánimo de Isabel y Fernando pesaba fuertemente la opinión de los doctores de su Consejo Real, nada favorable a los quiméricos planes del errante marinero. En vista de lo cual, Cristóbal Colón se apresuró a rogar a sus Altezas que llamasen a un fraile franciscano, perfecto conocedor de sus planes de descubrimiento, el cual les convencería del error que padecían los «letrados» al negarse a poner en marcha un proyecto que él consideraba totalmente factible.

Nº 152 MEMORIAS DE RONDA – RONDA EN TIEMPOS DE COLÓN-“Colón en la Corte de los RR.CC. ” 

La estancia de Colón en la Rábida es muy breve. Parece ser que aparte de Pedro Velasco, con ningún otro vecino debió relacionarse, y prueba de ello es que cuando Colón vuelve a la Rábida en 1491 es un desconocido en Palos, nadie lo recuerdo. Su encuentro con Martín Alonso Pinzón, por tanto, se entablaría en esta segunda ocasión. Este hecho todavía hoy crea cierta controversia y confusión por parte de algunos especialistas. A Colón una vez que había dejado a su hijo Diego en lugar seguro, lo que le interesaba era llegar cuanto antes a la Corte, para resolver el importante asunto que lo trajo hasta Castilla.

Desde Palos, se traslada a Córdoba, en donde se encuentran los soberanos. En efecto, en la época en que Cristóbal Colón llega a la corte (primavera de 1485), ésta se encuentra en Córdoba. 

Colón sabía que su gestión tenía que ser lenta y perseverante, dirigida a ir captando poco a poco las voluntades de los cortesanos más influyentes, a fin de que estos le fuesen allanando el difícil camino que tenía por delante. Y a eso se dedica: se entrevista con algunos consejeros como González de Mendoza, el favorito de los reyes; fray Diego de Deza, maestro del príncipe; el comendador Cárdenas; Luis de Santángel, escribano de Ración, entre otros. Negociaron con Colón para que fuese oído por los reyes y este le pudiera contar lo que deseaba hacer y ofrecerle al servicio de sus Altezas. Pero el Consejo Real era mucho más amplio y Colón movió todos los hilos necesarios para convencerles.